jueves, 8 de agosto de 2013

Consejos para correr en montaña SUBIDAS

Por Agustí Roc

Satisfacer nuestras ansias de running en pleno monte está de moda. Es un hecho objetivo. Tanto como que entrenar y competir en un medio tan especial no tiene absolutamente nada que ver con hacerlo en la placidez del parque o las previsibles carreteras. Para poder desenvolvernos con seguridad en esta disciplina tendremos que disponer de un amplio repertorio técnico que nos permita solventar todas las posibles situaciones a las que nos advocará la idiosincrasia de los caminos, veredas y senderos. A lo largo del siguiente artículo te mostramos como convertirte en un auténtico trail runner sin dejarte el pellejo en el intento.

  • Subidas muy pronunciadas

Difícilmente podremos salvar corriendo los desniveles más salvajes, sólo los más preparados y según el tipo de carrera -de menor o mayor distancia será factible. En estos casos el paso será muy corto y con el menor impulso posible, sin apenas despegar los pies del suelo.

La mejor manera de superar estas cuestas será ayudándonos de los brazos, traccionando con las manos sobre las rodillas, siempre intentando mantener el torso lo más elevado posible para facilitar la apertura de la caja torácica y con ello garantizar una buena respiración.

En zonas técnicas haremos uso de las manos para ascender sujetándonos en ramas, rocas (como en la foto), hierba, etc. Lograremos traccionar mejor y descargar un poco las piernas y para mantener el equilibrio.

También se tiene que evitar subir escalones de mucha altura, será mejor rodearlos y buscar el paso más fácil, aunque tengamos que recorrer algunos metros de más. En zonas de prados en las que subir en línea recta se pude hacer muy duro, una buena idea será hacer pequeñas diagonales, de 2-4 pasos, al igual que en el esquí de montaña, pero en este caso subiendo más directos. 

  • Subidas desnivel medio

Éstas, con toda seguridad, son las que en mayor proporción encontraremos en los recorridos de los entrenamientos y las carreras. Aquí mezclaremos técnicas según la longitud de la cuesta, el ritmo que queramos llevar o el cansancio acumulado. También hay que valorar cuál resultará más efectiva a nuestros propósitos.

CORRIENDO
Zancada corta y mayor frecuencia, impulso medio o suave, dependiendo de la distancia. Graduar muy bien el esfuerzo para mantener el ritmo durante toda la ascensión (No desesperarse con querer subir cuanto antes).

CAMINANDO En algunos casos será la mejor opción. No por caminar iremos más despacio, podemos ayudarnos de las manos al igual que en mayores pendientes pero en este caso iremos con un paso más largo y rápido.

CAMINAR-CORRER
Recurriremos a esta técnica cuando correr se nos esté haciendo muy duro, antes de colapsarnos y tener que parar a coger aire para poder continuar. En recorridos largos ahorramos energía que nos vendrá muy bien para la fase final.

  • Subidas desnivel suave

Aquí podremos llevar un ritmo más elevado, siempre controlando el esfuerzo a la distancia de la subida (o a la total del recorrido). La zancada e impulso deberán ser algo más amplios, el torso ir más erguido y el braceo más enérgico.
En zonas técnicas regularemos el paso según las irregularidades, evitando dar saltos, subir escalones altos... Buscaremos buenos apoyos para no perder tracción. 

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