Me sentí de nuevo conectado, preparando la equipación, la inscripción, el ambiente saludable; gente conocida,pero esta vez había desaparecido ese diablillo que me decía tienes que ser el mejor, corre más rápido, llega el primero jajjaj. Me doy cuenta que he comenzado a disfrutar del deporte antes de la salida, calentamiento disfrutando de las sensaciones de entusiasmo y excitación de volver a participar en una carrera.
En la salida, ví como volaban los participantes, sumergidos en la competición y en los entrenamientos. Yo salí a un ritmo controlado y fuí progresivamente, según mis sensaciones, disfrutando de la carrera. Ya no voy como loco a ver cuan rápido puedo ir, me da alegría poder participar sin tener que demostrar nada ni a mí ni a nadie, sin mirar tiempos, sin estar ocupado en mirar pulsaciones... simplemente correr como cuando era un niño y buscar esa libertad que se obtiene con este deporte. Hasta mitad de carrera estuve acompañado de un chaval joven, tuvo su punto de emoción giros, carrera por la rambla en la que había una zona de piedras y barro, y mantuve buenas sensaciones. A mitad de carrera me vino la vena competitiva, jjajaj; pero duro unos segundos, me puse detrás de uno a aguantar su ritmo, y ví las locuras que hacía en las carreras, dependiendo de otros para llevar el ritmo; cuando soy yo el que se conoce mejor y sabe que es lo más adecuado en mi carrera. Así que al terminar la carrera, me dí cuenta de esta nueva forma de divertirse que se llama running, es nueva para mí, consiste en disfrutar del deporte, no se ni que puesto ni que tiempo hice y no lo quiero saber, a día de hoy estoy libre de esa exclavitud y exigencias que proviene del deporte de competición. Ha llegado el momento de disfrutar del deporte, por lo pronto sigo con el tenis.
