martes, 1 de octubre de 2013

Crónica de una Ultra trail "Sulayr" - Los límites entre el Deseo y la Realidad

Inicio - Porqué no?
Cuando decido hacer una carrera de estas características el subconsciente es totalmente inconsciente de la gravedad de la decisión: 95km? en realidad esta pregunta no me sobre vuela la cabeza. En la cabeza tengo otra pregunta que es la portada de la web del carrera "¿Y tú porqué NO?"

Eso digo yo! porqué no? Horas después, inscripción formalizada y ya no hay vuelta atrás. Ahora toca prepararse. Por delante aún 4 meses, concretamente 118 días, 2832 horas para prepararme física y sobretodo sicológicamente... Pero esto último (sicológicamente) nunca lo sabré hasta el día X, el momento de cruzar la ansiada META, el momento que he imaginado una y otra vez, ¿cómo será? ¿qué haré? ¿qué pensaré?

Es Junio, el objetivo muy lejano y el exceso de confianza juega malas pasadas. Semanas con sólo dos días de entrenamiento, pocas salidas largas, poco ejercicio de musculación... - un autentico desastre! así no vamos a ningún sitio! - pienso después de un fin de semana de cervezas con los que me rodean. Entonces me pongo manos a la obra y busco un detonante que haga de revulsivo en el entreno. Ya lo tengo: Esto nunca falla! "Unas zapatillas nuevas"

La ilusión de un niño.
Estrenar juguetes, regalos, es una alegría para cualquiera, pero cuando los necesitas y se te conceden... es una inmensa satisfacción. Esta satisfacción se convirtió en la excusa perfecta para salir a entrenar casi a diario. 5 días a la semana, todo provocado por la ilusión de ese niño que llevamos dentro. Aquel que está deseando recibir los regalos en reyes y romper el papel para ver lo que sabe que hay pero se niega saberlo. Esa ilusión que saca lo mejor de cada uno y por unos instantes nos hacen ser o sentirnos muy felices.

Salir sí o sí
La ilusión del regalo es momentánea pero la dureza del entrenamiento es diaria y no siempre gratificante: da igual sean las once de la noche o las 6 de la mañana, que haga calor o frío, que llueva, que no tengas ganas, que sople poniente o levante. El objetivo es ambicioso y el entrenamiento requiere dedicación. Todos los días intentaba salir a la misma hora e intentaba variar los recorridos para no caer en la monotonía de los entrenamientos. Me cruzaba con amig@s, conocid@s, por la rambla, por el pueblo, por los muros: Adiós!... Aleee! ... No paráis!... No perdonas un día!... vamos máquina! expresiones de un@s y otr@s que en ese momento no tienen importancia pero que nunca se sabe cuando volverás a escucharlas.

Qué es peor el calor o la humedad?
El verano se metió y aunque no ha sido especialmente caluroso, si ha sido bastante húmedo. Los entrenamientos se hacían pesados por las tardes, mejor por las mañanas disfrutando del sol apareciendo por la Aljambra, justamente detrás del cerro Fabián, con paso lento pero firme, muy parecido al ritmo que llevaba a esa horas. El cuerpo esta desactivado, los ojos hinchados del sueño, las articulaciones con falta de engrase, las zapatillas parecen de mármol... Pero no hace calor, ni humedad y a los pocos minutos el mundo oscuro que envolvía mis piernas empieza a mezclarse con el claro azul del cielo. En estos momentos se olvida todo lo que te rodea, el objetivo, los problemas, el sueño, el cansancio, y sólo piensas en llegar aquella cima, aquel árbol, la torreta, al llano, al pico más alto de esta montaña o antes de que el sol este totalmente al descubierto aquella roca que parece la cima. Todos son objetivos a corto plazo que te ayudan a no pensar en nada más que no sea correr un poco más, subir más alto o aguantar el ritmo para llevar el cuerpo hasta no poder más.

Y llegamos!
Después de unos mese duros en los que he realizado en 2 meses y medio entre 700 y 800 km aproximadamente, creo que el cuerpo no está preparado para el Sulayr. Los nervios del debutante se mezclan con la ilusión y forman un cocktail de peligrosa ingestión. Por el facebook recibo el calor de familiares, amig@s, veci@s y conocid@s y esto provoca aún más presión sobre el objetivo de terminar. Entre tanto, preparo las cosas que no son pocas: zapatillas, calcetas, mallas, camiseta técnica de manga larga y corta (para elegir a última hora dependiendo de la climatología), gorra, mochila de hidratación, frontal y pilas, reloj, gafas de sol, forro polar por si hiciera mucho frío, chubasquero-cortavientos, móvil, mp3 y auriculares, venda (por requerimiento de la organización), geles para los momentos de fatiga, el isotónico para aportar sales minerales al cuerpo, agua y una lista mucho más extensa de cosas que ahora mismo no recuerdo. por supuesto entre todo esto la alimentación las horas antes es importantísima, barritas energéticas, plátanos, pasas, bayas del goji, almendras, nueces, etc.

Eran las 16:00 p.m. del viernes 27 y había quedado con Carlos que venía a recogerme a casa para partir rumbo al Abrucena, municipio Almeriense desde el que se tomaría la SALIDA y se cerraría la llegada a META.

En el camino repasamos el material, la estrategia de carrera, los avituallamientos, los puntos críticos, la organización, la alimentación, los rivales, etc. Todo suposiciones. Todo buenas intenciones con objetivos muy conservadores que se echan por tierra nada más la salida. Jajajaja! no aprendemos, mira que lo decimos una y otra vez... pa ná!

El tiempo no pintaba muy bien los días previos a la prueba y los partes meteorológicos eran cada vez más negativos. "Lo que faltaba". Pero nos daba igual, ya estábamos en la carretera y no nos iba a detener una lluvia por fuerte que fuese. Pa' lante!

Hora y media después aparece un cartel en azul que dice ABLA - ABRUCENA - FIÑANA. 18:00h Ya estamos!

Inmiscuirse y empaparse del ambiente es necesario.
Un policía local nos indica dónde dejar el coche. Era una plaza con un pequeño parque, que la habían destinado a aparcamiento de los participantes de la prueba, debido a las proximidades del lugar de SALIDA y porque en Abrucena, un pueblo de mil y pico habitantes, no está acondicionado para recibir a unos 500 participantes más sus familiares y amigos, venidos de distintas comunidades autónomas y cada cuál en su coche, moto, furgoneta o auto-caravana.

El ambiente era festivo en la localidad. L@s niñ@s estaban en las calles observando el desfile de vehículos procesionando por sus calles en busca de aparcamiento. Miraban con atención las vestimentas de unos y otros, cuchicheaban entre sí, se reían, señalaban... mira ese, mira aquella! Se divertían como si el circo hubiese llegado y la función hubiese comenzado!

Para nosotros la función había empezado desde el momento que nos subimos en el coche. Como niños nos bajamos y lo primero que hacemos es dirigirnos a recoger el dorsal, como si quedaran pocos y nos fuésemos a quedar sin ellos! Ilusión, nerviosismo e impaciencia, hacían que nuestro corazón se agitara más rápido de lo normal e involuntariamente nos aceleraba el ritmo de los pies... - Si ya estoy cansado le digo Carlos!

Llegamos a la zona de SALIDA-META, una pista de frontón techada que iba a servir de cuartel general para la organización, y aún estaban montando la estructura metálica con el reloj digital que marcaría los segundos de cada minuto de impaciencia y deseo por empezar.

 Los dorsales no estaban preparados aún y para hacer tiempo decidimos hacer una encuesta para un estudio sobre este deporte. A la misma llegada al recinto a Carlos lo reconoce un chaval de la zona que va a participar en la prueba. Este chico es un apasionado de este deporte, que reconoce a Carlos por su victoria en la carrera que se había celebrado hacía justamente 14 días antes en Rialp - Lleida, (de 83km de distancia y más de 5000 mts positivos de altitud) y que había quedado 1º, Ganador con diferencia sobre el 2º, un Makinon!! Enlace de la prueba. Este chico es  el que nos presenta al muchacho que estaba realizando la encuesta y muy amablemente decidimos rellenarla, por supuesto.

A descansar, podremos?
Recogemos los dorsales, somos los primeros, los más impacientes, será porque somos de Albox? que ansias! Tenemos que realizar el control del material mínimo que debemos portar durante la carrera y que se puede hacer en ese momento o una hora antes de la Salida. Decidimos hacerlo en ese momento, con lo que volvemos otra vez al coche, bajando la cuesta que antes me ha parecido la subida al Mulhacén y unas 7 u 8 escaleras que suben desde el parking (o plaza) hasta la cuesta.

Lo recogemos todo y pasamos la revisión, todo en orden. En un restaurante que hay contiguo al frontón ofrecen un menú para corredores que consiste en un plato de pasta y otro de carne en salsa con patatas, agua, pan y fruta por 6€.

A las 20:00 tiene lugar la charla previa a la carrera dónde se explican los por-menores de la prueba, puntos críticos, avituallamientos, puntos de abandono, tipo de terrenos, altitud y por supuesto la distancia... "una sorpresa tenemos" - dice Manolo, uno de los organizadores - "no son 95km, son 98!" - en ese momento un escalofrío pasa por el estomago como si un martillo queriendo golpear la cabeza de la púa se desvía y te da en el dedo... ainssss! Pero vamos a ver - pienso pa mi mismo - que más dá 95 que 98? Si hay que estar igual de chalao pa correr 95 que 98! Pero dónde me metío? - En ese momento es cuando se mete la sonrisilla tonta en la cara, que cuanto más intentas disimularla, más se entera el resto de que estas como un flan.
Vamonos a comer y a descansar!

En la cena coincidimos con un viejo amigo de las carreras por montaña: Olegario un hombre de unos 70 aprox. que no se pierde una de estas. Ya coincidió con nosotros en el Ultra trail Valle del Almanzora y de nuevo lo íbamos a ver pero no en la Salida, porque él iba a realizar el recorrido "CORTO". El recorrido corto son 55km desde el Puerto de la ragua hasta Abrucena, con 2200 mts de desnivel positivo. Casi na!

Compartimos cena y conversación con él y otro ilustre de las carreras que este año no participaba por lesión. Al finalizar nos despedimos, saludamos y nos deseamos suerte para dentro de unas horas, ya que eran las 22:00 y teníamos que levantarnos a las 4:00 para desayunar y digerir bien antes de la Salida.

El hospedaje corría a cuenta de "pepechu", dinamizador del centro guadalinfo de Abla. Una excelente persona,al igual que el resto de familia que nos acogió con los brazos abiertos como si de la familia fuésemos. Aprovechamos Carlos y yo para darle las gracias a pepechu, maite, paco y toda la familia. GRACIAS! En fin, que pernoctamos en Abla, en un cortijo a las afueras rodeado de parras y otros arboles frutales.

Eran las 00:00 y el techo estaba oscuro! la luz del móvil rompía la oscuridad. Últimos mensajes antes de dormir que comparto con dos personas muy importantes en mi vida y en este reto: Belén y Antonio Jesús.
Carlos está en la cama de al lado, parece que esta durmiendo... pero sólo lo parece, porque se levanta al aseo, los nervios no nos dejan dormir. Pero hay que dormirse.

El momento crucial.
Cierro los ojos y los vuelvo abrir. No sé si he parpadeado, pero el caso es que el reloj marca las 4:00 y Carlos esta puesto en marcha.

Anoche dejamos todo preparado para levantarnos, lavarnos la cara y no perder tiempo. Todo está en silencio, la familia y Pepechu duermen. Nos preparamos el desayuno con mucho sigilo y partimos hacia la SALIDA.

Caprichos del tiempo, ayer no cayó ni gota y hoy Carlos se ha despertado con el chapurreo de la lluvia en el tejado del cortijo.

Una vez en Abrucena aparcamos casi en el mismo aparcamiento de ayer y terminamos de preparar el equipaje para el viaje. Dudamos entre si ponernos el chubasquero o no. Al final Carlos decide no ponérselo y yo decido ponérmelo, porque la lluvia era floja pero según la organización sobre las 8:00 a.m. podía empeorar. El chubasquero no transpira y hace que la sudoración sea más rápida, por lo que si no llueve o la temperatura es alta te cueces dentro y tendría que quitármelo, con lo que tendría que pararme para quitarme primero la mochila, después el chubasquero, doblarlo y guardarlo en la mochila. Todo esto implicaría perder tiempo y posiblemente perder el carro de cabeza - Ya ves tú lo que pensaba yo antes de empezar... que ingenuo!

Una vez equipados nos dirigimos al frontón con deseo y nerviosismo. Vemos a un montón de conocidos de Carlos. Se saludan me los presenta. Compañeros de Carreras, más bien rivales. Al personal de la organización, Emilio, Manolo y Joaquin del club Aqueatacamos, etc. El personal parece venido de una tienda de élite. Mochilas ultra ligeras con la más avanzada tecnología, frontales que parecían faros de un puerto, zapatillas sofisticadas, en definitiva profesionales que al sonar la bocina de Salida iban a levantar el asfalto.

Y llega el momento... 5, 4, 3, 2, 1 boooooooooom!

Salida para la foto
Siempre que vamos a una carrera Carlos y yo nos situamos en primera línea de Salida. ¿Porqué? ¿Para qué? Como dice Carlos: "Por lo menos para salir en la foto de los periódicos! si lo mismo es la única vez que estamos los primeros!"

Es de noche son las 6:00 a.m. y un coche de la policía municipal nos guía hasta sacarnos el pueblo. Estos primeros kilómetros se desarrollan con una gotitas de lluvia sobre nuestras cabezas, pero nada importante para los que no llevan chubasquero. Se forma un primer grupo de ocho en el que vamos Carlos y yo. Un poco más atrás un grupo más numeroso que se desplaza como una serpiente en la noche. Las luces de los frontales describen el contorno de la carretera por la que vamos. Al ser ascendente nos posibilita a los de delante disfrutar de este espectáculo.

Abandonamos la carretera en torno al km 4 y nos adentramos a la Alpujarra almeriense, al Parque Natural de Sierra Nevada. La ascensión se hace por pista ancha. No es posible dar muchos detalles del entorno porque esta totalmente oscuro y mi frontal es de los chinos (3€ con pilas). Al empezar la ascensión por la pista, se divide el grupo delantero en los cuatro de cabeza que se van despegando poco a poco (en este grupo va Carlos aguantando como un Rebeco en su hábitat), el quinto que se queda en tierra de nadie y el 6º,7º y 8º entre los que iba yo con más pena que gloria. Los que me acompañan en este tramo llevan adosados a la frente dos focos - Como puede salir tanta luz de ese frontal? se hace de día por dónde van ellos! -

Continuamos subiendo por pista. La noche se pone fea. Lluvia intensa, Viento con rachas fuertes, que viene del Sur-Oeste y hace que nos tengamos que pegar a la montaña lo máximo posible para resguardarnos un poco. Estas adversidades, lejos de derrotarnos, nos dan más fuerzas para olvidarnos de la respiración, el ritmo de zancada, y nos hace centrarnos en minimizar su oposición. Entre todo esto el tiempo pasa y los kilómetros dejan de tener 1000 metros.

Junto con todo esta adversidad me doy cuenta de que en el primer avituallamiento, km 10, llego sólo, es decir, voy 6º. Y el 5º lo veo a unos 200 mts delante de mi. En ese momento no pienso en que es una carrera de casi 100km. Voy ciego en dar caza a mi presa, las piernas están fuertes, pero las suyas también. Pasan los minutos y todo sigue en tablas. En esta partida de ajedrez a cambiado el factor cancha. El terreno de juego se ha iluminado. Amanece, la lluvia se desvanece, pero el aire no perdona. Empiezan a notarse los kilómetros. Aún estamos subiendo, ahora por sendero entre pino silvestre y encinas que forman un laberinto en el que el sendero marca la salida. Sólo se ven troncos y ramas. La única claridad que se observa es cuando levantas la mirada y divisas el cielo reflejando los primeros rayos del día. En esta subida me cogen 3 de los que vienen detrás. Es decir, 9º es mi situación actual pero no me rindo, ni bajo los brazos, sigo detrás de ellos.

Hacemos cumbre y se invierte la pendiente cruzando por un cortafuegos. Las placas con señales Rojas y fondo Amarillo indican la dirección que debemos tomar. En esta ocasión es un sendero de iguales características pero ahora descendiendo. Una de las cosas que he aprendido de Carlos es que las carreras se ganan en las subidas y se pierden en las bajadas. Recuerdo esas palabras en mi mente y me decido a atacar. El descenso se me da bien. Los paso a los tres y les saco la distancia suficiente como para perderlos de vista. Pero la mala fortuna o el exceso de confianza o velocidad, provocan que pise mal con el tobillo izquierdo en el borde de un peñasco. Casi me caigo, por poco aguanto el equilibrio pero el dolor no me deja continuar. Me temo lo peor. - Cerca del km 20... ni un cuarto de carrera y ya me tengo que retirar! - Me resigno a retirarme he intento seguir un minuto como mucho parado estirando el tobillo y continuo poco a poco. evidentemente vuelvo a perder posiciones, pero esta vez son más de tres. Creo que voy el 10, el 11 o 12. Mi ritmo es lento y veo que me van a coger más tarde que temprano los que vienen detrás.  Cambia la forma de pensar, da un vuelco de 180 grados. Hace 2 minutos estaba atacando totalmente convencido de mis posibilidades en la línea de Meta, y ahora estoy pensando en que no sé si llegaré al próximo avituallamiento, y si llego... en que posición llegaré?

Pasa la bajada y entramos en pista ancha de nuevo. Dejamos la bajada que me estaba matando y aunque el perfil es descendente, este descenso no me molesta y me permite correr más rápido. Estamos acercándonos al kilómetro 30 y mis ojos no dan crédito. A menos de 500 mts diviso a mis rivales, es decir, no sólo voy yo tocado, ellos también! Esto me da fuerzas y vuelvo a apretar los dientes. Los paso de nuevo con mucho esfuerzo, a lo largo de la pista en llano, pero la subida que hay para llegar a la zona de recreo de la Ragua
hace mella en las piernas. Poco a poco me vuelven a coger.

A estas alturas me preguntaba como le irá a Carlos. Ojalá que no tenga problemas musculares. Si las lesiones les respetan es un firme candidato a Estar en lo más alto del podio.

No había llegado al km 40 y llevaba 4 horas corriendo. Físicamente no estaba del todo bien pero la cabeza aún me decía continúa!

En el último descenso hasta llegar a la Ragua me dejo caer a sabiendas de que el tobillo no iba del todo bien. Podían más las ganas de llegar, poder sentarme en el avituallamiento, poder comer, descansar psicológicamente y estirar un poco. creo que he llegado a la ragua 5º porque en el descenso he adelantado a Rafa, un corredor experimentado de Córdoba que iba 5º durante toda la subida.

El avituallamiento se alarga más de la cuenta. 
En la salida podíamos dejar una mochila con ropa seca y limpia para que la organización la transportara hasta el km 40 para poder cambiarnos la ropa mojada o sudada. La mayoría de los corredores de cabeza no se paran porque pierden tiempo de cara al final de la prueba, pero yo tenía otros objetivos en este kilómetro que eran, comer para reponer todas las energías gastadas, y cambiarme la ropa mojada por ropa seca para intentar evitar rozaduras que a lo largo de la carrera se hacen insufribles.

Con ropa seca y el tanque lleno continuo, pero otra vez he perdido la cuenta no sé en que posición voy.

Cuando salgo y empiezo a trotar (porque a eso no se le podía llamar correr), me duele todo y me adelantan corredores que hasta ahora no los había visto en toda la carrera. Claro si me he tirado en el avituallamiento casi 12 minutos es normal. Las 10:30 a.m. es decir 4h30m corriendo (más o menos).

Del km 40 al 50, era la zona más técnica porque había que cruzar varias veces el río de un lado a otro, había barro y muchas rocas que hacían que el correr por este tramo fuera peligroso para la integridad física (De todas formas no estaba yo pa'muchas corrías como se dice por aquí).

Dejamos el río y empieza la subida más dura del recorrido entre el 50 y el 60. Comentándolo con Carlos una vez finalizada la carrera, me dice lo mismo que yo pensaba - "esa subida ha hecho mucho daño, seguro que mucha gente se ha retirado ahí!" - Sin ir más lejos, yo he estado a punto de retirarme ahí. Las piernas me pesaban muchísimo, el calor estaba golpeando fuerte debido a que el sol estaba haciendo acto de presencia y las neuronas se estaban peleando entre ellas: Unas abogaban por retirarse, defendiendo el buen papel que habíamos realizado hasta ese momento, un décimo primer puesto o décimo segundo, en tu primera participación, cerca del kilómetro 60! Y otras neuronas no paraban de defender el honor y las decenas de mensajes de ánimos de tod@s l@s amig@s, familiares, etc. A la mente me vuelven esos mensajes de aliento, concretamente unos que decían:

  • Al lado, acompañandote iremos las personas que te conocemos, las que te queremos como eres, Hagas lo que hagas yo ya estoy orgulloso. Dálo todo y llega hasta dónde puedas... que será muy lejos! 
  • Nunca has dejado de soñar... ya estas despierto, ahora te toca correr y hacer realidad ese sueño. Confía en tí y nada te detendrá. En la salida mira a la montaña, sonríele y disfruta.
  • Campeón te envío toda mi energía positiva, llena de corage, fuerza, ánimo, sonrisas ... y por supuesto la Yuka tb está contigo.

Con este chute de amistad, amor y energía positiva llego al km 60 dónde se situaba otro avituallamiento. Me aprovisiono de alimentos dulces y salados para los calambres y continuo la marcha con una idea firme en la cabeza: "Si estoy en el 60! sólo me quedan 38, no voy a llegar?"

Del 60 al 70 se me hacen cortos porque la ilusión mueve montañas y el ver que los kilómetros pasaban y no tenía molestias, me hacía estar más optimista. A esto se le sumaba que iba adelantando a participantes de la carrera corta (por decir corta, pero eran 55 km) que habían salido a las 9 del puerto de la ragua, 1h y media antes de pasar yo por ese punto (mi km 40). Adelanto a varios conocidos, entre ellos al Gran Olegario, que da ánimos y provoca otra reacción positiva en mi organismo. Pongo ritmo de crucero en las subidas e incluso cuando la pendiente era muy pronunciada me ayudaba con las manos en las rodillas para avanzar lo más rápido posible sin perder tiempo. Poco a poco voy alcanzando y adelantando a participantes de la corta. Me dan ánimos y me suben el autoestima por las nubes, "soy capaz de cualquier cosa en ese momento". Llego al km 70. Me paro a recargar la mochila de hidratación. Hay arroz tres delicias, con nueces y pasas. Está buenísimo! Como un poco repongo bebida isotónica en mi organismo y cuando me decido a partir, llegan por detrás dos rivales de la larga - "Oh nooo! otra vez a apretar!" - Me pongo manos a la obra y de nuevo a tope, voy pasando a más gente y me van dando ánimos. Algunos hasta incluso aplauden y te gritan expresiones de fuerza y coraje. Otros te dan la enhorabuena y te dicen la posición que ellos creen que ocupas, unos dicen - "vamos campeón que vas 10º" - otros - "6º" - otros - "vas el 7º u 8º" - total que no me sacan de dudas.

En mi interior voy soñando con los ojos abiertos en ¿como sería llegar en un puesto de podium? (se lo tendré que preguntar a Carlos). Por un momento veo la meta en mi cabeza, con todos los que están a mi alrededor viviendo esta experiencia apoyándome y dándome aliento, y por un momento me invade un sentimiento de emoción que me invade los ojos de lágrimas. Sé que debo terminar este reto como homenaje a todos ellos, y he de hacerlo en la mejores condiciones posibles y con el mayor de los esfuerzos por mi parte. No voy a defraudarlos pienso. Todo esto me da más fuerzas, o mejor dicho, hace que me olvide del cansancio, porque fuerzas lo que se dice fuerzas quedaban pocas.

Lo que provoca una explosión de energía es ver a los rivales que llevaba delante a un kilómetro, más o menos, antes del 80. Ahora sí! - me digo. -Solo quedan 18 km y la gran mayoría cuesta abajo, lo que te gusta!.

En el avituallamiento del km 80, me saluda uno de los rivales y con voz cansada me dice: - "Me has pillado al final!" - Yo le digo que me encontraba bien mientras bebo agua. Él sale un poco antes del avituallamiento y se lanza hacia la bajada. Yo que veo que empiezan a llegar rivales que acababa de adelantar, repongo agua en la mochila, y me lanzo detrás. En la bajada lo alcanzo y cuando él ve que mi ritmo es superior me deja pasar (hay que decir que este tipo de pruebas el compañerismo es un sentimiento muy arraigado entre los los participantes, el auxilio y la ayuda a un compañero es lo primero).En ese momento ya no tenía rivales delante, ya era dejarme caer rápido pero con prudencia.

En el km 90 último avituallamiento, pero como quedaban tan pocos km, sólo 8, decido no pararme - ERROR! porque no llevaba agua y ya no podía llenar la mochila en ningún sitio. Pero como ya se divisaba el pueblo con su iglesia desde lo alto de la sierra, iba cegado y no me daba cuenta de la importancia del agua. Gracias a los compañeros de "la corta", consigo llegar hasta el asfalto sin deshidratarme... Asfalto? si asfalto, el mismo que nos vio partir, ahora nos ve llegar. Que alegría! No especialmente por correr sobre asfalto, que se metía el impacto por el talón hasta el gemelo y parecía que iba a reventar, si no por saber que ya estaba a tiro de piedra. Efectivamente, ya llego, no era para nada como lo había soñado unos kilómetros más atrás, pero era maravilloso, era especial, ver a la gente que no te conoce de nada y comparte tú alegría como si hubieses ganado.

Llegada con las manos al cielo, con la mente en cada uno de los kilómetros realizados y con los músculos alimentándose del fervor y la alegría interna, a pesar de estar totalmente exhaustos.

Feliz de ver a Carlos y Luisa en la meta, feliz por la noticia de la victoria de Carlos, e inmensamente feliz por saber que no os he defraudado. GRACIAS!



Una imagen vale más que mil palabras


Sábado 28 Septiembre 2013
Ultra trail Sulayr